En Asamblea Provincial de América Latina, entramos en camino hacia la Pascua.

Reunidas en Valle de Ángeles, Honduras, las hermanas de la provincia acogimos la invitación del Consejo General, de hacer el camino con los discípulos de Emaús, y desde allí, escuchar nuestras conversaciones por el camino, descubrir qué impide ver a Jesús resucitado y aprender de ellos para emprender una misión renovada y una nueva reorganización de la mano del Resucitado.

¿De qué van conversando por el camino?

Al hacer memoria desde el foro provincial 2010, muchas cosas se mueven en nuestro corazón. Nos antecede un camino conjunto de búsquedas en cada hermana, cada comunidad, cada sector. Nuestra provincia habla en estos 8 años de un reconfiguración personal y de estructuras, de una organización que favorezca más la vida de discípulas y misioneras.

Esta memoria nos lleva a dar gracias por todo el camino que el consejo provincial nos ha dinamizado. Agradecemos todos los discernimientos y búsquedas, todos los cambios, cierre de casas, apertura a nuevas inserciones, hermanas que hacen sus votos, pero también recordamos hermanas que ya regresaron a su país de origen, otras que se retiraron y otras que partieron a la casa del Padre dejando un vacío y una interpelación por lo efímero de la vida, por una llamada a vivir en plenitud mientras vamos de camino.

En el camino algo impedía que reconocieran a Jesús.

En este tiempo propicio de Semana Santa, hemos podido hacer una búsqueda profunda de aquellas respuestas que no hemos dado al Señor, aquello que ha impedido que seamos colaboradoras, discípulas y misioneras suyas, de su proyecto de reino. Estilos de vida apegados a lo conocido, nos llevan a acomodar el carisma y la misión a lo que ya hay, en lugar de dejar que la realidad nos transforme nos dinamice. Necesitamos ponernos más a la escucha del Maestro, ver como Él mira. La mirada de Jesús sobre Mateo, hizo que este se movilizara y ya no cobrará impuestos, sino que devolvía a sus hermanos lo que les había quitado. Bajo esta mirada, nos dejamos abrazar por su amor que perdona nuestras fallas y nos renueva su alianza hecha en la Cruz, en la entrega de su vida.

¿No ardían sus corazones mientras les explicaba las Escrituras?… Lo reconocieron…y enseguida se levantaron y regresaron a Jerusalen.

Ahora, volvemos a las conversaciones en torno a la reorganización, con un ánimo renovado, sabiéndonos en sus manos, sostenidas por su presencia que nos convoca como hermanas en Haití, Chile, Honduras y Colombia. Vamos aprendiendo a desarrollar la mirada contemplativa que nos hace optar y relacionarnos de modo distinto con los otros, con la vida y con las estructuras de gobierno.

Surgen unas propuestas de organización que pueden favorecer más la cercanía como comunidades locales de una provincia y no tanto de un sector, favorecer la comunicación, la participación y la vida más humana y humanizante. Esta reflexión y búsqueda nos ayuda a renovar nuestro sentido de pertenencia a un mismo cuerpo congregación, a sentirnos todas más responsables de la vida de la provincia y resignificar el carisma en cada una

Hermanas: Monique Guittón H.J. y Viviana Carolina Forero Angulo HJ

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